miércoles, 18 de agosto de 2021

DESCIFRANDO EL LABERINTO DEL FAUNO


                                                  Tánsito en espiral, Remedios Varo, 1962      


Aprendí a querer a algunos de mis hombres en su ausencia

me gustaba imaginarlos surcando mares

venciendo vientos…

Aprendí a hurgarlos y descubrirlos en sus objetos,

en sus muebles, en el olor de su ropa,

en sus papeles, en sus revistas,

en sus diarios, en sus libros…

Amaba esa calma esa quietud que la abstracción

me proporcionaba al adentrarme en sus mundos.

Cartas, mensajes, dedicatorias…

 

Así aconteció con los varones de la familia

cuya ausencia la mayor parte del día se hacía contundente

cuando retornaban por la tarde o la noche

a demandar atenciones con su sola presencia.

Yo siempre tenía oportunidad en algunos momentos del día para estar a solas  

y transitaba sus huellas para saberlos

trataba de descubrir qué me ligaba a ellos.

Así fue con mi abuelo

Así fue con mi padre

Así fue con mi hermano.

 

Con las mujeres de la familia era diferente

ellas siempre estaban presentes, aunque no estuvieran

su cercanía y complicidades amorosas se tejían muy de cerca o de lejos.

(mi hermano formaba parte de ese amor entrañable).

 

Así era

Así fue…

 

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